La historia del reloj tourbillon
Cuando un reloj mecánico se mantiene en una posición fija, ya sea horizontal o vertical, su funcionamiento puede verse afectado por un fenómeno inevitable: la gravedad. Esta fuerza ejerce presión sobre las piezas sensibles del movimiento, como el órgano regulador (compuesto por la rueda de equilibrio y la espiral) o el escape, lo que provoca una pérdida de precisión.
Sin embargo, existe un ingenioso mecanismo que permite compensar estos efectos: el tourbillon. En un reloj tourbillon, el órgano regulador y el escape están integrados en una jaula giratoria, lo que elimina la influencia de la gravedad. Desafiando las leyes de la naturaleza, la rueda de equilibrio oscila a 360°, ofreciendo una precisión sin precedentes. Ideado en principio para los relojes de bolsillo, el tourbillon fue introduciéndose poco a poco en los relojes de pulsera, convirtiéndose en el símbolo del saber hacer de la relojería suiza. Símbolo de precisión y sofisticación, se trata de una de las complicaciones más delicadas de crear.
Jaeger-LeCoultre: una manufactura suiza histórica
Fundada en 1833, Jaeger-LeCoultre es una de las Maisons relojeras más prestigiosas del mundo. Con más de 430 patentes y más de 1400 calibres, la Maison ha tenido un impacto decisivo en la industria relojera, ampliando una y otra vez los límites de la innovación. Desde sus inicios, la empresa ha estado aportado un toque de elegancia a las muñecas con sus relojes tourbillon para mujer: relojes diseñados y lucidos con orgullo durante generaciones.
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